Hace unos años, fruto de la casualidad o de los tiempos, distintos empresarios, no sé si en algunos casos coincidentes, empezaron a inaugurar en mi ciudad bares con nombres de arquitectos. Todos ellos tenían un perfil semejante, locales pequeños en el centro o en torno a él, con un vistoso logo en el umbral, abstrayendo algún paradigma del autor elegido, más reclamo que homenaje; en triste paradoja, el interior resultaba anodino... Leer más