La campaña para cofinanciar la edición impresa del libro 'Missbehave' de Simona Rota ha entrado en su recta final, convirtiéndose en el primer "book-a" que entrará en producción.

Con esta ocasión, y con ánimo de acercaros más el trabajo de Rota, nos complace compartir en nuestro blog esta conversación publicada en WAI nº 2, 2012. Bajo el título 'La arquitectura de la fotografía', estas líneas desvelan y profundizan en diversos aspectos del trabajo de Rota, desde su motivación e intereses hasta el proceso creativo, la conceptualización, desarrollo y producción de los trabajos —con especial atención a su relación con la arquitectura:

 

¿Nos podrías dar una breve introducción sobre tu interés en la relación entre arquitectura y fotografía? ¿Cómo comenzó tu afición por la representación y reproducción arquitectónica?

Mi interés por la fotografía y por la arquitectura se han encontrado en un cierto punto, de manera natural. Estoy relacionada con la arquitectura de muchas maneras. Por un lado a nivel personal, ya que gran parte de mis mejores amigos son arquitectos. Por otro lado, estudié Ciencias Politicas y mi trabajo para el título de Máster trataba sobre la construcción, representación y recepción de la imagen nacional: un tema que me obligó a recorrer la bibliografía sobre la relación entre arquitectura y politicas de nation branding. Estoy relacionada además a nivel profesional, ya que desde 2004 y hasta hoy, llevo trabajando o colaborando con arquitectos, bajo varias formas, como Office Manager, como consultora freelance de comunicación y como Manager de promoción exterior. En este sentido, parte de mi trabajo implica una relación directa con los fotógrafos y las publicaciones de arquitectura, a la hora de contratar fotógrafos o de seleccionar material gráfico. Aparte de esto, en el año 2008, tras volver de unas cortas vacaciones en Islandia, vendí por primera vez fotografías mias a una revista de arquitectura. Eran fotografías de un edificio de la arquitecta islandesa Högna Sigurdadottir. Para mi, aquel pequeño evento personal fue algo inesperado y agradable: lo interpreté como una señal y desde entonces he seguido fotografiando arquitectura por encargo o con fines comerciales.

Por otro lado, en lo relativo a los proyectos personales, no estoy segura de que la arquitectura en sí misma constituya para mi una razón suficiente como para generar un trabajo de fotografía. La arquitectura es omnipresente en mi trabajo, pero no es el fin del mismo. Es cierto, me apasiona la arquitectura, pero más aún me apasiona la comida y sin embargo no hago trabajos de fotografía que utilicen el motif de la comida; yo misma me he dado cuenta de que hay muchas cosas que me apasionan y que nunca darán lugar a un proyecto de fotografía. Por lo que pienso que mi pasión por la arquitectura no explica mi interés por la misma. Mi interés por la arquitectura en la fotografía es una elección que ha resultado de la intuición y la reflexión. Elijo fotografiar arquitectura en la medida en la que, para mi, la arquitectura constituye una herramienta visual adecuada para reflexionar sobre el uso del territorio, la configuración del paisaje construido, el entorno artificial, la construcción de imágenes y de expresiones del poder. La arquitectura está hecha por nosotros, por los humanos. Aunque en mis fotografias casi no hay personas, mi interés no es por los objetos, sino por los autores de esos objetos.

Instant village. 2010 © Simona Rota

¿Cómo es el proceso en el que generas tus series fotográficas (por ejemplo Instant Village, Ostalgia, Placelessness)? ¿Cómo identificas los edificios o los espacios que decides fotografiar? ¿Mantienes una relación personal con estas estructuras y espacios, o se trata de un interés o circunstancias más generales?

Mis series de fotografía suelen nacer del mal-être, de mi disconformidad impotentete con unas circunstancias dadas. En un principio es algo muy personal, tan personal que muchas veces desecho series incipientes porque no quiero que se transformen en algo exclusivamente autobiografico. Para quitarmelas de encima sin sufrir, las suelo mandar a una carpeta que he llamado “yo que sé”, una carpeta que no voy a intentar ordenar ni en mis momentos más eufóricos. Pero las series que sigo desarrollando son aquellas que, a partir de ese malestar personal, parecen tener la capacidad de construir un tema más amplio, un tema que concierna o pueda interesar a más gente, además de a mi misma. Por ejemplo, la serie 'Instant Village' empieza por un sentimiento de decepción impotente hacia el modo en el que el territorio ha sido tratado en Canarias. He vivido varios años en las islas, un lugar espectacular cuando no está muy deteriorado por actuaciones urbanisticas imbéciles. No soy adepta de la no intervención en la naturaleza; al contrario, creo que el paisaje natural necesita de la intervención humana para llegar a ser asumible. Pienso que en Canarias existía la posibilidad de tener un buen paisaje construido pero en cambio hay mucha basura. Esta gran oportunidad malgastada no puede dejarte sin reacción, ni a mi ni a más gente. Pienso que Instant Village, aunque es un proyecto generado por una ansiedad personal, tiene la capacidad de ilustrar un tema con implicaciones más generales.

Para determinar si un tema puede ser algo más que una angustia personal, me suelo documentar, con más o menos rigor. Busco información sobre el tema, leo, veo entrevistas, busco otros proyectos visuales que se hayan realizado sobre el mismo tema. En realidad utilizo exactamente los mismos métodos de investigación que usaba al hacer un trabajo en la universidad. Hasta que empecé a ejercer la fotografía, estaba convencida de que haber estudiado Ciencias Politicas fue la cosa más inútil de mi vida; ahora ya no estoy tan segura porque, para fotografiar, me resulta de mayor utilidad haber estudiado Ciencias Politicas que haber estudiado Fotografía.

La reflexión me acompaña en todo el proceso, pero siempre antes de empezar a fotografiar y despues, en la selección y la edición de las imágenes y nunca mientras estoy fotografiando en el sitio. Mientras fotografio no hay nada más que la máquina con sus limitaciones tontas, yo con mis limitaciones físicas y mis dudas y la meteorologia. Si lo que estoy haciendo no me acaba de convencer, me siento muy cansada en seguida y me cuesta seguir moviéndome. Y sé que una toma será buena cuando me pongo muy nerviosa, cuando disparo, me voy y vuelvo al sitio un poco más tarde para disparar exactamente el mismo encuadre. Creo que las decisiones sobre el concepto y coherencia las tomo a base de documentación y reflexión mientras que las decisiones sobre el carácter visual las tomo en base al instinto.

En cuanto a localizar sitios y llegar a ellos, la ayuda de mis amigos es fundamental. Les debo muchisimo. Y en el caso de 'Ostalgia' no hubiese podido hacer nada sin el trabajo de gestión del Centro de Arquitectura de Viena y sin la asistencia de los guias locales. A veces incluso me escribe gente desconocida que ha llegado a ver mis fotografías y me habla de otros lugares parecidos que podrían interesarme. Tengo un handicap: no puedo conducir un coche y esto a veces limita mucho mis posibilidades de movimiento.

Instant village. 2010 © Simona Rota

Nos llama la atención el poder narrativo de tus imágenes. En WAI usualmente trabajamos con collages y fotomontajes que, a través de la mezcla de imágenes previamente desasociadas, aspiran a describir historias visuales que hasta ese momento solo existían en nuestra imaginación. En ese sentido nuestras imágenes usualmente intentan construir ficciones. En tu caso, aunque trabajas con objetos reales en ambientes existentes, hemos notado un tipo de lenguaje oculto que va mas allá de lo que se ve en las imágenes. En las fotos los factores ambientales, las tonalidades, colores y texturas, además de los ángulos en los que las fotos son tomadas parecen sugerir que la arquitectura (o el entorno) está tratando de comunicar un mensaje. ¿Existe una narrativa o una teoría detrás de las imágenes? ¿Qué intentan probar series fotográficas como Ostalgia o Instant Village? ¿Es la arquitectura en tus imágenes el objeto de atención o un vehículo para hablar de temas que trascienden a la arquitectura?

Si hay un lenguaje oculto más allá de mis imágenes es algo que yo no puedo saber con certeza, quizás sea así, pero desde luego yo no me propongo construirlo como tal. Lo que puedo afirmar es que una fotografía o una imagen, en general, puede resultar más insondable y dar lugar a más interpretaciones de lo que una tenía en principio planeado. Tal y como yo veo las cosas, mis fotografías son una extensión de mi misma, de cómo soy y pienso en cada momento de mi vida. Cuando decido hacer una fotografía, el cómo y el porqué de la misma, yo no soy otra que la misma que decide que debería comprar en un supermercado, porque comprar una cosa y no otra. Como cualquiera, tengo convicciones, miedos, opiniones que van conmigo a todos lados, también en mis fotografías. Ese lenguaje oculto quizás no sea más que la codificación de mi misma y mi vida.

Sin embargo, es cierto que en cada trabajo intento centrar la atención —la mia en primer lugar y luego la del público— sobre determinadas ideas y darles coherencia a través de la expresión visual. Estas ideas a veces son muy claras antes de empezar a fotografiar. Asi ha ocurrido con 'Instant Village' o con 'Big Exit'. Supe muy bien desde el primer momento lo que quería comunicar y cómo hacerlo. En 'Instant Village' quería hablar sobre lo artificial y dañino que el urbanismo puede resultar. Creo que en ciertos momentos, la serie lo consigue con éxito y en otros con menos éxito; de hecho pienso que esta serie necesita simplemente más imágenes para desarrollar mejor la idea, pienso que es una cuestión de cantidad, de repetición.

Otras veces, el proceso es al revés: empiezo a fotografiar llevada por el instinto y cuando tengo una cierta cantidad de imágenes, intento entenderme a mi misma, pensar, descubrir las ideas que están presentes ya en las imágenes, disciplinarlas, desechar lo anecdotico y seguir. Asi ha ocurrido con 'Ostalgia'. Estaba fotografiando en los países ex soviéticos, llevada allí por un encargo; de vez en cuando, alguna imágen se salia del encargo, era solo “mía”. Al principio, no sabia que estaba haciendo, pero he seguido fotografiando y cuando tuve unas 20 fotografias “mías” las analicé y luego segui pero ya de manera más disciplinada. Y cuando digo disciplinada, me refiero a dar coherencia a los encuadres, el tipo de luz, las atmósferas que buscaba, etc. Lo que ha resultado es una serie que toca muchos temas: la representación del poder a través de la arquitectura, la inexistencia del individuo en la sociedad de autoritarismo, el fracaso de la utopía soviética, la decadencia post comunista.

Au bord de la mer. 2009 © Simona Rota

¿Intentas manipular las fotografías (punto de enfoque, tonalidades, tratamiento de las fotos) de acorde con el mensaje que quieres llevar con cada serie fotográfica? o ¿Prefieres dejar al publico la interpretación de las fotografías?

No sé si se puede concebir la fotografía independiente de la manipulación ya que hacer fotografía implica hacer encuadres, es decir recortes dentro de una vista más amplia . Desde que hay un cristal entre el ojo humano y el mundo que se muestra delante de ese ojo, ya no hablamos de realidad sino de representación. La manipulación empieza allí mismo, en el origen de la fotografía, en el cristal que nos separa y nos ofrece una imagen en la que se funden en el mismo plano todas las dimensiones del mundo. Este tipo de manipulación es el que más uso: el encuadre. Por otro lado, sigo un proceso necesario y normal de optimización de las imágenes: equilibrar tonos, limpiar suciedad, enfatizar una sombra o una luz ya existente pero desvaída, enderezar lienzo o verticales, etc. Quiero conseguir una imágen eficaz pero con medios pobres. Hasta ahora, para conseguir mis objetivos con la fotografía, no he necesitado más post producción que un mínimo flujo de optimización. Pero a lo mejor en el futuro querré experimentar más cosas que requerirán el uso de herramientas de manipulación más complejas.

No puedo y no quiero controlar la interpretación que el público haga de mis fotografías. Es bueno escuchar o leer lo que la gente piensa sobre ellas, me ayuda a verlas con distancia critica. Conocer diversas opiniones me ayuda sobre todo mientras estoy desarrollando un trabajo.

Vemos una relación visual entre algunas de las series fotográficas; ¿has trazado un “plan maestro” de tenas que te interesaría fotografiar? ¿A dónde quieres llevar la fotografía arquitectónica?

No he trazado un plan maestro de temas a desarrollar. Me preocupan temas recurrentes, a veces estos temas se vuelven obsesiones que no dejan de aparecer en todo mi trabajo y le dan una especie de unidad oculta, de modo que al final parecen responder a un plan.

Hasta ahora en mis trabajos predomina la fotografía descriptiva pero en un futuro me gustaría seguir desarrollando tambien la fotografía que documenta escenarios en los que intervengo, a veces yo misma como en 'Big Exit' o si puedo, a través de un actor. Por otro lado, en la fotografía de arquitectura con fines comerciales, lo que se llama la fotografía de encargo, me gustaría vincular mi trabajo a unos cuantos arquitectos que yo elijo o que me eligen y seguir los procesos de transformación del lugar que ocurren antes, durante y después de la construcción de sus proyectos. Pero está claro que llegar a a hacer una documentación de este tipo, no depende sólo de mi sino también de un compromiso por parte del arquitecto o del cliente del edificio.

Au bord de la mer. 2009 © Simona Rota

El tema del poder o impotencia de la arquitectura parece ser una constante en algunas de tus series fotográficas. La serie Placelessness (2009) parece enfatizar en la debilidad de escenarios urbanos de escasa intensidad arquitectónica mientras las fotos que hemos visto de Ostalgia (2010-12) parecen explorar precisamente el poder persistente de arquitecturas monumentales aun en su estado de decadencia o abandono. ¿Es la relación entre arquitectura y poder (o falta de poder) algo que buscas explorar en estas series fotográficas? ¿Crees que estas ideas o temas de las series fotográficas son características inherentes del objeto de estudio, o son estos conceptos producto de tu interpretación como artista visual?

Al principio de la entrevista decía que, en mis trabajos personales, la arquitectura en sí no es lo que me interesa, sino las lecturas que se pueden hacer a través de ella. Utilizo y ofrezco la arquitectura como clave de acceso a temas que trato en mis trabajos. Entre estos temas el del poder o de la impotencia de la arquitectura existe, pero de manera residual. Si de poder o de impotencia se trata, lo que me interesa realmente es el poder o la impotencia de la humanidad, como suma de individuos o como sociedad.

Según afirmas, a pesar de su omnipresencia en tus fotografías la arquitectura no es el fin de tu trabajo pero sí un vehículo para comunicar ideas sobre la humanidad, sobre los autores de la arquitectura y sobre las repercusiones de las ideas de estos autores. ¿Crees que la arquitectura y el ambiente construido como imagen es un medio efectivo para hablar de la condición humana, de las ambiciones y fracasos de las sociedades y sus ideologías? ¿Crees que hay otros elementos que podrían comunicar estas ideas con la misma intensidad? Siguiendo esta misma idea, ¿es la fotografía una herramienta efectiva a la hora de comunicar ideas abstractas sobre la humanidad?

Estoy convencida de que el entorno construido (o deconstruido, como negativo) y por tanto, las imágenes del mismo, son un medio efectivo para hablar sobre nosotros mismos, como sociedad. Lo que somos, lo que deseamos tener, lo que intentamos parecer está allí, está en cómo nos apropiamos del territorio, en la vida y muerte de nuestras colonias. Quizás no he sido clara: con autores de la arquitectura no me refiero a los arquitectos sino a la sociedad en general —que los incluye, está claro—, pero los arquitectos no son del todo autores de su arquitectura, creo que son sólo agentes implicados en un proceso con muchísimas presiones de todo tipo y con muchos más actores además de ellos mismos. Es posible que según un músico, la música represente la más alta habilidad cultural a la hora de describir la humanidad. No lo es para mi sin embargo. Para entender y aprehender el mundo, yo necesito fotografías del mismo.

Ostalgia. Issyk Kul Lake, Kyrgyzstan “Sputnik” Bosteri Beach Resort 2010 © Simona Rota

La fotografía como elemento artístico tiene el potencial de convertir el escenario más decadente en una pieza de arte. En tu serie Ostalgia nos hablas del fracaso de una utopía y la las repercusiones que esto conlleva. ¿Crees que el mensaje de decadencia podría perder su energía entre la belleza de la fotografía?

No definiría la fotografía como “elemento artístico” y no creo que sea del todo adecuado hablar de “mensaje de decadencia”. Voy por partes. Primero, no sé como definiría la fotografía; pero lo que tengo claro es que, para mi, la fotografía implica los atributos de documento, es decir la prueba de que alguien o algo ha estado allí, viendo o registrando algo y fotografiandolo en un cierto espacio y en un cierto tiempo. La luz suele estar presente en el proceso, aunque no siempre, con lo que el término “photo” queda obsoleto. En estos términos un render por ejemplo no es una fotografía, sino una imagen. Al ser un documento, la fotografía es, en primer lugar, información real. Segundo, pienso que el mensaje es algo que puede derivarse o no de esta información. Diría que es casi una prótesis, una interpretación añadida por mi misma o por cualquiera que mire la fotografía, pero no es algo que la fotografía contenga de manera inherente. Las fotografías no contienen mensajes.

Las fotografias de 'Ostalgia' dan una información indiscutible y esta es: edificios y lugares que no tienen el aspecto de estar en su mejor momento. El día que tú y yo dejemos de pensar e interpretar, esas fotos seguirán a pesar nuestro, enseñando lo mismo. Por otro lado, mi mensaje no es tan indiscutible. En primer lugar, el mensaje no es uno, es múltiple, y en segundo lugar, depende poco de mi como autora de las fotografias. Así, es cierto que yo he tenido la intención de hablar de la decadencia, y tú has reaccionado a esta parte, pero también he tenido la intención de hablar sobre la convencionalidad de la mirada occidental sobre el Este y me temo que esto es algo que no he conseguido transmitir de manera eficaz, ya que nadie hasta ahora me ha comentado algo al respecto. Mi conclusión sobre el mensaje es que este resulta de la interacción entre la fotografía y el que la mira, es algo cada vez personal, que depende el ADN de cada individuo y de sus supuestos culturales. Pero para que el mensaje se genere, primero tiene que haber alguien que quiera mirar mis fotografías. ¿Y qué mejor manera tengo de darles una mínima oportunidad sino a través de la seducción? Intento que mis fotografías sean atractivas; no quiero decir bellas, que a lo mejor también lo son a veces, sino atractivas. Con esto creo que te contesto a tu pregunta sobre la relación entre energía del mensaje y la belleza de la fotografía.

Ostalgia. Lake Sevan, Armenia Summer Holiday Home for Writers 2011 ©Simona Rota

Ya que entiendes las fotografías como una extensión de ti misma, ¿ves tus fotografías más como piezas de arte o como instrumentos de comunicación (política, social, personal)?

Si mis fotografías son arte o no, es algo que no me preocupa porque no depende de mi sino de una especie de auditoría exterior. No tengo ni idea qué es arte o es artístico y desde luego estoy muy incómoda con referirme a mi misma como artista. Veo demasiado, entiendo poco y recuerdo menos. Tengo más defectos, pero estos por lo menos los puedo aminorar con la fotografía y esto me hace mejor persona. La fotografía me mantiene atenta y crítica con lo que ocurre alrededor mio, me mantiene permeable. Si además, mis fotografias hacen que otros (no tienen que ser muchos) reaccionen, piensen y sientan algo, creo que es suficiente.

¿Es la fotografía lo que te apasiona o es el mensaje que transmites a través de la fotografía lo que llama tu interés? ¿Te ves en el futuro experimentando con otras herramientas?

Me apasiona la fotografía primero como alguien que ve fotografía, y sólo despues como alguien que la crea. La fotografía me resulta un medio muy curioso: parece que te lo muestra todo tal y como es, todos esos detalles, y tan al alcance, distorsionan mi capacidad de comprensión. Cuando veo una fotografía me parece que soy igual a mi gato cuando se ve a si mismo en el espejo e intenta acercarse y tocar al otro gato que está viendo, asi que la fotografía consigue tener mi mente despierta y en estado de sorpresa. Pero cuando soy yo la que genera fotografias, entonces la necesidad de enseñar, de compartir, de comunicar es más importante que el medio que utilizo. Lo que busco es un medio adecuado a mi manera de ser y a lo que quiero comunicar. Por ejemplo, no creo que pudiera haber realizado pintura, aunque en el colegio tenía talento para ello: soy alguien muy impaciente y la pintura requiere un proceso bastante más largo que la fotografía. Me atrae el collage, desde siempre me ha gustado recortar imágenes de lo que sea, de revistas, de fotografías y las atesoro, pero no sé para qué, quizás para hacer collage en un futuro no definido.

Simona Rota. Wai nº2, 2012.

Agradecemos su amabilidad a Simona Rota y a los editores de WAI Cruz García y Nathalie Frankowski.

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